Aunque como bien sabéis me siento y soy calagurritana al 100%, mi padre era de Quel y mi madre de Ábalos, ambos riojanos pero ninguno de Calahorra, me tiran mucho mis raíces y el sábado cuando recogimos a Ferrán para que pasara el fin de semana con nosotros nos fuimos a pasar el día a este bonito pueblo riojalteño. Ya hemos estado en otras ocasiones pero ahora tenía un poco de morriña por volver y aunque no tengo ningún familiar allí, nos encantó pasear por sus calles y admirar su iglesia y sus bonitas casas, entre ellas la de Mari Cruz, una persona a la que me gustó conocer y con la que comparto mi afición por el patchwork. Esta mujer hace unos años que compró una casa antiquísima y se ha ocupado junto con su familia de restaurarla y hacer de ella un pequeño museo. No puedo resumir en pocas palabras la cantidad de cosas antiguas que tiene recuperadas con mucho mimo y adornadas con trabajos que ella va haciendo en sus ratos libres, todos preciosos pero la manta de yo-yos es espectacular. Os aconsejo que la visitéis, merece la pena.
En resumen pasamos un bonito día, lleno de nostalgia y recuerdos pero que me merecieron la pena. Va por ti mamá.